ESPIRITUALIDAD

UNA ESPIRITUALIDAD LAICAL

Como cada tiempo de la humanidad, nuestra realidad está cargada de luces y sombras, gracia y pecado, vida y muerte. Es en esta realidad donde se manifiesta y se ha de dejar al Espíritu de Dios conducir la vida humana. 

Una espiritualidad “a la altura de la época” trata de integrar los desarrollos actuales de la ciencia, la técnica, las ciencias humanas, las búsquedas de sentido, la preocupación por el cuidado del planeta, la integración de las minorías, la superación de todo tipo de exclusión , en otras palabras, los nuevos caminos por los que hoy el ser humano está transitando.  

Precisamente es en la “historia” de un pueblo donde Dios ha elegido revelarse, con “hechos y palabras”; y es precisamente la novedad que Jesús trae la que se ha de proponer en este presente. (*)

© Olga Consuelo Vélez Caro. Institución Teresiana. Web Internacional. Marzo 2020. 

LOS PRIMEROS CRISTIANOS

Los primeros cristianos,  cercanos en el tiempo al mensaje de Jesús de Nazareth y metidos de lleno en las realidades cotidianas están muy presentes en los escritos de Pedro Poveda, fundador de la Institución Teresiana, a la hora de buscar y definir la identidad de esta nueva vocación.

Poveda escribe: "Mi aspiración constante es pedir a Nuestro Señor que los miembros de la Institución Teresiana tengan como referente el modo de vida de los primeros cristianos. Ellos mantuvieron intacta la luz de la doctina en el mundo pagano con un talante de sencillez, de apertura en el pensar, de desinterés en el hacer, de solicitud hacia los hombres sin aparatosidad, en silencio, excepto cuando la fe exigía un acto de testimonio."


TERESA DE JESUS

Desde los comienzos, en 1911, Pedro Poveda nombra a Teresa de Jesús como titular de su obra. Él encuentra en la Santa una mujer inspiradora, maestra de vida y de valores cristianos que atraen por su fuerza y autenticidad a quienes quieren vivir impregnando al mundo de la experiencia de un Dios que es amor. 

Como Teresa, Poveda tiene en la oración su única fuerza y propone que la Santa sea compañera en las búsquedas de los miembros de la IT. Oración centrada en Jesús, en el Evangelio, diálogo de amistad que conduce a amar a las personas como “amigos fuertes de Dios”.

El “espíritu teresiano”, un talante inconfundible hecho de humanidad, generosidad, amabilidad… simpatía, son rasgos que se piden a los miembros de la IT para su tarea educativa, para la vida familiar y de los grupos, para estar en el mundo, para evangelizar.